Este café comienza con una dulzura clara y definida desde el primer sorbo: esa mezcla entre dátil y crema de anacardo que se siente golosa sin llegar a ser pesada. La fruta aparece limpia y jugosa, con un recuerdo a uva tinta o grosella que aporta equilibrio. Lo bonito es cómo cambia mientras enfría: aparece una textura láctea, suave, que desemboca en un postgusto de batido de fresa, largo y divertido. Es un café muy fácil de disfrutar, con mucha coherencia en boca y que no necesita estridencias para brillar. No pretende ser complejo: simplemente está buenísimo.
Historia
Aulia Kahfi nació entre cafetos, en las colinas húmedas y verdes de Bebesen, Aceh, en el norte de Sumatra. La finca Rakyat, que hoy gestiona con dedicación absoluta, es parte de su herencia familiar, un espacio pequeño pero lleno de historia donde el café siempre ha sido una forma de vida más que un cultivo. De adolescente, sin embargo, la especialidad no tenía aún un lugar claro en su entorno. El café se vendía rápido, sin demasiada reflexión, y la calidad rara vez era premiada. Por eso, durante varios años, Aulia trabajó en pequeñas minas locales buscando vesuvianita —una piedra semipreciosa que aparecía entre la tierra volcánica—, un oficio duro que le enseñó a valorar el esfuerzo manual y la paciencia.
Pero había algo en el café que no dejaba de llamarle. Volvió a la finca con la idea de hacer las cosas de manera distinta, de entender el potencial del grano que había visto crecer desde niño. Lo que empezó como un pequeño retorno se convirtió pronto en un proyecto de vida. Con un coche prestado por un amigo, Aulia empezó a visitar a agricultores vecinos para comprarles cereza madura, siempre buscando esos frutos que brillan de color rojo oscuro cuando están en su punto perfecto. Con el tiempo formó una pequeña red de hasta quince familias agricultoras, reuniendo cerezas de zonas tan diversas como Lukup Sabun, Pantan Sile o Ratawali. Su talento y sensibilidad hacia el proceso se hicieron notar, y en 2019 su trabajo obtuvo reconocimiento cuando un lote suyo alcanzó el 9º puesto en la Sumatra Prestige Cup, una señal clara de que su intuición y su esfuerzo iban en la dirección correcta.
Hoy, todavía joven pero con una madurez sensorial sorprendente, Aulia sigue experimentando y perfeccionando cada paso. En Sumatra, donde los agricultores suelen combinar café con pequeñas parcelas de fruta, maíz o verduras para sostener a sus familias, este trabajo cuidado y paciente requiere dedicación real. Esa mezcla de humildad, intuición y cariño por su entorno se siente en cada taza.
Variedad y proceso
El proceso de este lote es un Natural de secado lento, trabajado con la calma y el cuidado que caracterizan a Aulia. Tras recolectar únicamente cerezas en un punto de madurez muy avanzado, las sumerge en agua limpia durante dos días para estabilizar la fermentación y descartar cualquier fruto dañado. Después, las extiende en patios elevados durante 12 a 15 días, volteándolas constantemente para conseguir un secado homogéneo en un clima tan imprevisible como el de Sumatra. Esta combinación de selección rigurosa, hidratación inicial y secado prolongado crea un perfil especialmente dulce y frutal, donde la intensidad típica de Sumatra se vuelve sorprendentemente jugosa y limpia.
En cuanto a las variedades, este lote es casi un museo vivo del café en Aceh. Está compuesto por Abyssinia, Ateng, Caturra, Gayo, Timtim y Typica: un mix fascinante que combina líneas ancestrales, mutaciones espontáneas y adaptaciones locales. Abyssinia y Gayo son variedades poco habituales fuera de Indonesia, conocidas por su rusticidad y su perfil profundo; Ateng y Timtim representan selecciones locales, resistentes y productivas, muy vinculadas a la historia cafetera de la isla; Typica aporta elegancia y estructura; y Caturra suma dulzor y brillo. Juntas crean una especie de “ecosistema varietal” que se expresa en taza de manera compleja, con capas que van desde lo lácteo y cremoso hasta lo frutal y jugoso. Es un lote que habla de diversidad genética, de adaptación y de la identidad híbrida del café indonesio, donde cada planta tiene algo que decir.
RECETA
Para espresso:
Utiliza 17 gramos de dosis para extraer 48 gramos de bebida final en taza en un tiempo de 27”
Para filtro:
Utilizamos 18 gramos de café molido y 306 gramos de agua final a 93 ºC. Hacemos 2 vertidos. El primero de 54 gramos, esperamos 45 segundos y realizamos el siguiente vertido hasta un tiempo total de 1'50 - 2’
