También apodada la reina del specialty coffee, y es que ella fue la primera en acuñar este término.
Erna Knutsen por Coco Dávez
Knutsen usó esta denominación para referirse a granos de café con alta calidad y producidos en lotes pequeños y microclimas. Se podría decir que Erna fue de hecho quién descubrió esta especialidad dentro del mundo del café, aunque no se tratase per se de un descubrimiento. Esos cafés tan especiales ya estaban ahí, pero nadie les había prestado atención. Pero ella lo hizo, y con su tenacidad y dedicación les buscó el lugar que merecían.
Erna nació en Noruega en 1921, en el seno de una familia de clase humilde. A pesar de pertenecer a una familia de clase obrera, prácticamente pobre, su madre siempre fue amante del café. Compraba granos de alta calidad, y los molía cada mañana a las 5 a.m para servir el café recién hecho a su marido antes de ir a trabajar. Hasta ahí se remontan sus primeros recuerdos asociados al café.
A muy corta edad se mudó a Estados Unidos con su familia, huyendo de la recesión económica. Erna siempre fue inquieta y ambiciosa, y la única manera para salir del hogar familiar para una chica joven en aquellos tiempos era contraer matrimonio. Es por ello que contrajo matrimonio por primera vez a los 18 años de edad, sin haber terminado sus estudios.
Contaba, no obstante, con conocimientos de escritura a máquina y taquigrafía, lo que le permitió obtener muy pronto un trabajo como secretaria. A lo largo de los años trabajó como asistente en diferentes empresas, hasta que se mudó a San Francisco para trabajar como secretaria del vice presidente de la American Molasses Company. Fue allí donde comenzó a tener una relación laboral más estrecha con el sector del café.
Aunque su trabajo le interesaba, para ella nunca dejó de ser un puente. Comenzó a exponer en la empresa su interés por el proceso de tostado y cata de los cafés, pero en aquel entonces las mujeres no tenían permitido el acceso a las salas de cata. Ni siquiera les estaba permitido observar el tostado de las muestras de café.
Al cabo de un tiempo comenzó a trabajar para Bert Fulmer en B.C. Ireland, una empresa bursátil de importación de café (entre otros productos). Debido a sus méritos, pasó de ser mera secretaria a ser asistente ejecutiva, un título que no era habitual para las mujeres en aquella época. Una de las responsabilidades asociadas a esta nueva posición consistía en mantener el control de la entrada y salida de los cafés.
Erna observó que había algunos lotes de café demasiado pequeños para llenar un contenedor, y que se vendían por sacos. Los grandes comerciantes no estaban interesados en trabajar con estas cantidades, pero para los pequeños tostadores que comenzaban a aparecer sí que era una opción viable (y apetecible).
Erna era extremadamente persistente. Por suerte, Fulmer (su jefe) no compartía prejuicios con otros hombres de la empresa, y en el año 1973 se le permitió el acceso a la sala de cata. Se convirtió en una catadora sobresaliente, ganando rápidamente reputación y obteniendo el favor de los pequeños tostadores.
En 1974, fue entrevistada por el Tea & Coffee Trade Journal. En esta entrevista Erna habló por primera vez de “cafés de especialidad” para referirse a los cafés que importaba y vendía. La denominación caló en la industria y tuvo mucha repercusión, pero el verdadero valor de Erna fue saber ver el valor de este “pequeño comercio” cargado de valor y calidad, en el cuál los pequeños tostadores estaban dispuestos a pagar más dinero por un producto sobresaliente. Cambió la industria.
En el año 1985 compró la B.C. Ireland y le cambió el nombre Knutsen Coffee LTD y cumplió su promesa de despedir a parte de la plantilla masculina que tantas puertas le había cerrado.