Proceso y varietales
Este blend integra dos métodos de beneficio complementarios:
- Palestina Blend (60%) – Lavado tradicional:
Recolección manual, fermentación en cereza por 12 horas, luego 12 horas en agua. Despulpado mecánico y secado en marquesina o máquina durante 15 días. Resultado: una taza limpia, ácida y refinada.
- Huila Blend (40%) – Natural con fermentación anaeróbica:
Tras una selección cuidadosa y flotación en agua, los granos se fermentan por 100 horas en seco, en condiciones anaeróbicas, y se secan lentamente en camas africanas por hasta 25 días. Resultado: dulzor profundo, notas de fruta madura y textura jugosa.
Este contraste entre procesos permite equilibrar claridad y dulzura, y crear una taza vibrante, sin perder estructura ni limpieza.
Varietales
Este blend reúne cinco variedades que reflejan la diversidad genética y sensorial del café cultivado en las montañas del Huila. Algunas son parte de la tradición cafetera colombiana desde hace décadas; otras han sido adoptadas más recientemente por su equilibrio entre calidad en taza y resistencia agronómica.
Caturra es una variedad que ha sido durante años la columna vertebral de la caficultura en Colombia. Conocida por su perfil dulce, limpio y equilibrado, ofrece una excelente base para procesos lavados, destacando notas a caramelo, almendra y una acidez suave. Su adaptabilidad a distintas altitudes y microclimas la mantiene vigente tanto en fincas tradicionales como en propuestas más experimentales.
Tabi, por su parte, es una variedad más reciente pero muy valorada por los productores que trabajan en altura. Su planta es más alta y robusta, y responde bien a cultivos con sombra. En taza se expresa con una acidez brillante, matices florales y una textura sedosa. Suele aportar elegancia y complejidad en perfiles frutales o florales, y combina especialmente bien con Caturra para equilibrar estructura y dulzor.
Castillo y Colombia, aunque comparten algunas similitudes, aportan características distintas que enriquecen el blend. Ambas variedades fueron adoptadas por los caficultores en respuesta a los retos agronómicos del clima y las enfermedades, pero más allá de su funcionalidad en finca, han demostrado buen desempeño sensorial, especialmente en procesos naturales.
Castillo se distingue por su productividad y adaptabilidad, lo que permite cosechas estables sin comprometer la calidad. En taza, suele ofrecer notas a frutas rojas, azúcar morena y una acidez media agradable. Su perfil tiende a ser más estructurado, con cuerpo medio y final prolongado.
Colombia se expresa con una acidez viva y notas que recuerdan a frutas amarillas, azúcar de caña y flor de naranja. Es una variedad agradecida en procesos naturales o fermentaciones prolongadas, donde sus atributos se amplifican y ofrecen resultados complejos pero balanceados.
En conjunto, estas cinco variedades permiten construir un blend muy completo y equilibrado.
RECETA
Para espresso:
Utiliza 17 gramos de dosis para extraer 52 gramos de bebida final en taza en un tiempo de 29”